sábado, 17 de febrero de 2007

Son 2 Arjentinas increibles Sabrina Rojas y Jesica Cirio



ué podés confirmar de tu fantasía como enfermera?
-Cuando me puse el trajecito y agarré los primeros instrumentos empecé a fantasear con cositas. La jeringa me da un poco de vértigo, pero la camilla y que pinte acción ahí mismo está buenísimo!!! El hombre ve la cruz en la cabeza y no hace falta más nada. Es como decir: "Hacéme la cruz y enterramelá".

-Y con otra enfermerita...
-Nunca estuve con una mujer, pero estoy acostumbrada a convivir con ellas. No creo cumplir la fantasía jamás, por miedo a que me guste.

-¿Te atrae la idea?
-El roce entre mujeres es mucho más suave. Estar arriba de otra chica fue fuerte. La situación para el varón morbosa y a mí me divierte. La idea es ratonear.

-¿Qué tendría que hacer una mujer para avanzarte?
-Una vuelta, una me encaró en un baño y me puso contra la pared como para besarme; le dije que no pero que si alguna vez caía en la tentación de estar con una mujer, lo haría con ella. Por eso todavía tengo el teléfono...

-¿La falta de penetración no te aburriría?
-Con una mujer debe ser así y eso profundiza la sensualidad; el tema está en que no hay con qué terminar el acto. Imaginar cómo termina un encuentro homosexual entre hombres es mucho más concreto; las mujeres me generan intriga.

-Los juguetitos siempre ayudan.
-Y las manos y la lengua; a las lesbianas seguro que la imaginación les vuela por el aire. A mí me gusta la temperatura de la piel y eso me hace evitar los juguetes; son muy fríos. Si me entregara a una de mi sexo, lo haría en toda su dimensión.

-¿Qué hacés para que tu pareja no salga a buscar otra?

-Soy una geisha y de vez en cuando le digo "esta noche es para vos, relajáte". Es como violártelo entero y está bien que sea así, para sorprenderlo. En definitiva, los hombres son los que más laburan y es lindo manipular al otro de la forma que querés. Algo así como "pedíme lo que quieras y relajáte que te lo concedo".



¿Cuánto concediste?
-Todo. Ya no queda ruta por conocer, en el sentido que puedan imaginar.

-¿Sos de frotarte la "lámpara"?
-Con mi pareja delante lo hago, porque me lo pide o porque me pinta. Si está todo bien, vale todo.

-¿Después aparece "el genio"?
-En vez de aparecer, se levanta diría yo... Y de ahí en adelante, a la lámpara de una ni a palos; ahora que sea mi chico quien se frota. Me pasa que logro mejores orgasmos cuando me frotan la lámpara que cuando me la froto por mi cuenta.

-¿Cómo te gusta que sea el genio?
-Que tenga una temperatura bien caliente y con un tamaño moderado, porque lo importante es que calce bien; cuando es chico no alcanza y grande, sobra. Me gusta que sea bien gruesita y se dedique a concederme todos los deseos.

Revista Hombre


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WebJCP | Abril 2007